sábado, 5 de diciembre de 2009

Hoy una excepción

¡Hola!

Madre mía, hace la de dios que no escribo por aquí...
Para empezar,como lo prometido es deuda, debo rectificar algo que escribí en la entrada anterior, no era un banjo, era un ukelele. (Gracias, "anónimo")

Bueno, ya sabéis este blog está más bien hecho con humor, o al menos se intenta. Pero hoy voy ha hacer una excepción, asumiendo el riesgo de que no lo lea absolutamente nadie...Pero no me importa, sólo espero que lo lea la persona a la que va dirigida este relato que hice hace unos días y que se de por aludida, claro. Y que cuando lo haya leído me lo haga ver,claro, porque si no estamos haciendo el tonto y esto no habrá servido para nada. También quiero que sepa que todo lo que digo es cierto, que es tan real como la vida misma, que aquí no hay ni truco ni trampa.
Y a los demás, simplemente espero que os guste.


MI CONFESIÓN MÁS ÍNTIMA

(Para la persona que seguramente, cuando lo lea no se dará por aludida aunque sea la única que tenga que hacerlo)

Cobarde, sí, eso es, cobarde, eso es lo que soy, cobarde por no decirte la verdad, por no tener valor de confesártelo todo desde el primer momento. Huyo de ti siempre que puedo y no se por qué. Bueno, si lo sé, huyo por temor. Lo confieso, no tengo valor para decirte a la cara todo lo que siento. Cada vez que lo intento no puedo, me siento impotente, pero es que… ¿Cómo decirte que desde el primer día que te conocí sitiaste mi mente? ¿Cómo decirte que desde ese momento eres mi obsesión? ¿Cómo decirte que cada minuto que te tenía a mi lado imaginaba como sería ser dueña de tus caricias y de tus brazos? ¿Cómo decirte que mi mayor duda era de qué sabor serían tus besos? ¿Cómo decirte que cada vez que me nombrabas mi corazón se ponía a cien?
¿Y si te lo hubiera dicho? ¿Qué habría pasado? Nada, como ahora, me habrías tomado por loca o por una niñata caprichosa… No me habrías creído. No habrías creído que desde el día que te conocí fuiste el dueño de mi mente, mis ojos, mis sonrisas, mis sueños, mis suspiros… ¿Por qué no? Porque no nos conocíamos, porque ¿Cómo iba a ser posible que estuviera enamorada de ti? Porque no eras uno más, tenías algo que llamaba mi atención. No sé que sería, si tus ojos, tu sonrisa, tus manos, tu simpatía… o puede que simplemente fuera la idea de ese amor imposible lo que me atrajera. No lo sé, aun no lo sé. Sólo sé que cada día que pasaba quería saber más y más de ti.
Pero un día te vi, te vi con ella.
Perdí la esperanza, sí, pensé que aquello sería el principio del fin, que todo lo que había soñado hasta entonces no sería más que eso, sueños, sueños que se desvanecerían, que quedarían en el olvido. Pero seguiste allí, en mi mente, día tras día. Siendo el protagonista de mis fantasías.
Y así llegó el último día en que te vería en aquel lugar, pero yo sabía que no sería el último en la vida así que estaba tranquila. Me deseaste suerte, nos despedimos y cada uno siguió por su lado, tú con ella, yo…yo intentando sacarte de mi mente.
Pasaron unos días, días en los que yo intenté olvidarme de ti, y creí haberlo conseguido…hasta que te volví a ver. Cuando te tuve a mi lado recordé todo. Y de nuevo esa sensación que te hace pensar que el corazón se saldrá de tu pecho de un momento a otro se apoderó de mí. Pasamos un pequeño rato divertido, hablamos un poco, una conversación sin trascendencia, nos despedimos de nuevo y otra vez seguimos cada uno por nuestro lado, tú con ella, yo...yo maldiciéndome por haber creído olvidarte. Te acomodaste en mi mente de nuevo.
Pasaron semanas, te dí por pedido, pero no se cómo lo hiciste que apareciste de la nada. Magia supongo…
Retomamos el contacto, hablamos, y al principio todo parecía seguir como siempre pero de repente, todo dio un giro, como si alguien manejase el destino y estuviera aburrido de ver lo de siempre y quisiera divertirse a nuestra costa. Diversión que nos quería contagiar, quizá nos viera demasiado aburridos.
No sé si nos volvimos locos o qué pero desde entonces, eres mi obsesión más fuerte.
Tus palabras son heroína y tú mi droga. Una droga que no sé si debería tomar porque, como dice una bella canción, ya sé todo de tu vida y sin embargo no conozco ni un detalle de ti. Me provocas y me encanta, pero a la vez me da miedo, vértigo ¿Y si mis mejores sueños se convierten en mis peores pesadillas?
Además tú la tienes a ella, y aunque me tienes a mí también, sé que a ella la quieres y a mi…no sé ¿Qué soy yo para ti? No contestes, sé la respuesta, mera diversión.
Y créeme, que yo también quiero divertirme pero parece que el destino nos esté gastando una broma macabra y lo complica todo. Cada vez que te busco no te encuentro, cada vez que me alejo te acercas, cada vez que te tengo te pierdo. Y yo, cobarde de mí, aún sin poder decirte que me muero por ti, por ser el centro de atención de tus palabras, por ser yo la que, por una vez, ocupe tu mente y aunque te resulte extraño y contradictorio, decirte que si tu me dejaras querría probar tu droga poquito a poco, engancharme a ti despacito y vivir una locura que con la cordura de los locos la llevaremos hasta donde nosotros queramos.
Me pregunto si quien controla nuestro destino aún tiene ganas de divertirse y quiera seguir jugando con nosotros, haciéndonos arriesgarlo todo, por aquello que dicen que quien no arriesga, no gana. O quizá se haya cansado y no quiera seguir jugando más, obligándonos a volver a ese aburrido y mi más temido final: tú con ella, yo…yo intentando olvidarte.

1 comentario:

PANDICORNIO dijo...

Me encanto y no se si es común sentirse identificada por tus bellas palabras.